DESEOS EN VOZ ALTA PARA LA PROFESIÓN
En el comienzo de año propongo realizar una
especie de “deseos en voz alta” para este año y el futuro general. Antes de esto, solicité ayuda a las y los colegas con ideas alrededor de ¿Cómo será la profesión en el
2018, cuáles y donde se encuentran las
oportunidades?, y más que respuestas pude leer deseos que
aquí se presentan, no porque sean exhaustivos, sino para iniciar la construcción del sueño de confluir hacia un presente y futuro mejor para la profesión, la salud, la sociedad y el país.
El deseo de compartir y participar porque juntas y juntos podemos
mostrar quienes somos, y para que no se pierda la esperanza. Este deseo se une
al compromiso y responsabilidad de organizarnos y compartir todo lo que las
enfermeras hacemos: nuestra participación en jornadas y congresos, las conclusiones
y crónicas de las mismas, artículos con evidencia que se vayan produciendo,
acciones de trabajo colaborativo codo con codo y en la red. Además porque al
redactar la crónica de lo que hacemos fortalecemos nuestra capacidad de expresión que tanta falta le
hace a la profesión. Al compartir construiremos comunidad, organización. Este deseo necesita de la participación en todos los campos, en especial donde se haga visible la profesión y el cuidado.
El deseo de investigar, tal y como lo expresó una colega: “La investigación en enfermería necesita ir
más allá del conocimiento disruptivo y exploratorio, hay que profundizar en la
evaluación de los efectos/ beneficios de nuestra práctica y situar cual es el
impacto que produce el cuidado en la salud” Todo esto nos llevará luego a
evaluar cuanto aporta en concreto la profesión al sistema de salud; cuestión que permitirá
negociar en altos espacios nuestras condiciones de vida y trabajo, nuestros salarios, y poder demostrar que el cuidado disminuye grandes costos al sistema , lo que va quedando como deuda social con la profesión y que tienen
que saldarse.
El deseo de
comunicarnos mejor Es difícil que la comunicación llegue a
todos los y las profesionales, pero trabajemos duro para mejorarla. Es preciso narrar nuestras vivencias, construir
memoria histórica de la profesión, replantear el futuro que tenemos por
delante, eso y más es posible gracias al lenguaje. No puede ser una excusa para no comunicarnos, el hecho de que hoy ya no es posible asistir a
eventos, o que las profesionales no
leen, o que necesitamos un comité especial para ello, la cuestión es que para
comunicarnos necesitamos información, y esta es un derecho a tenerla y por
tanto alguien se tiene que encargar de ello, y ese encargo tiene que ser de
nosotros mismos. El problema no es la falta de tiempo, o la tecnología, es la manera de pensar. Por otra
parte, se necesita también crear y fortalecer espacios donde se hable de
cuidado, hoy se han reducidos o concentrados en la academia, y los
profesionales buscan otros temas y cuestiones, algunos nada que ver con el
cuidado. ¿Será que no nos gusta ser cuidadores? Igualmente, este deseo tiene todo que ver con
hablar en positivo de la profesión, de los sujetos de cuidado, lo cual incluye
tener presente los principios de realidad, humildad, autocrítica.
El deseo de ser innovadoras: Como alguien respondió: “La innovación tiene
que tener impacto, aplicabilidad, medir y evaluar los resultados reales en los
ciudadanos” Nadie elige ser un profesional para dejar que el mundo siga
funcionando tal como lo hace. Torcer algún destino en el campo de la salud, la
educación, lo gremial, lo organizativo, lo personal, es más que un compromiso, una obligación de la
cual la historia nos tomará cuenta como profesionales del cuidado. Las
innovaciones en el cuidado de la salud deben mejorar la calidad asistencial y
la vida de los pacientes, pero eso comienza en los espacios de formación.
El deseo de pasar a la acción: Si
no es motivación buscar mejores condiciones de vida, de dignidad en el trabajo,
de posicionar a la profesión, entonces que logrará despertar en enfermería la
motivación para actuar? Es hora ya de despertar, el camino está trazado en el
proyecto de desarrollo de la Ley 266 de 2996, cuando vamos a realizarlo? Que
esperamos?. En ese proyecto tenemos mucho que hacer, comencemos. Si los actores que dirigen
las estructuras de la profesión no orientan, trazan políticas y guían el actuar, habrá otras alternativas,
nos corresponde buscarlas, #ya no
más, paso a la acción, debe ser el lema. A participar.
El deseo de apertura Perder
el miedo al trabajo conjunto, esto significa el salto que debe dar la profesión
de la endogamia a la colaboración, un deseo de construir otras formas de
producir conocimiento, experiencias, de cumplir con corresponsabilidades, de
construir iniciativas que visibilicen y fomenten conexiones, identidad,
independencia y autonomía. Abiertos a todo lo que nos posicione y proyecte, Tenemos
que cuidarnos y cerrar brechas cuando
veamos que las propuestas que nos hacen terminan con el propósito y fin de la profesión,
o nos hacen perder el curso de nuestras competencias, o el objeto de la profesión.
El deseo de mostrar una actitud empática.- desear
que se encuentre en los sitios donde se prestan servicios de salud, un
profesional de enfermería que intente comprender lo que vive el paciente y la
familia; que se vea su acercamiento, su acogida, su hospitalidad, que se
muestre el papel del profesional, no solo el de los colaboradores del cuidado. Que se
forje comunidades activas mediante la empatía y las voces de apoyo, que se vea
en el profesional una persona en quien confiar.
El deseo de recuperar la vocación y el liderazgo Asumir la
responsabilidad del cuidado para estar al lado del paciente. La enfermera debe estar donde están las
personas. Este deseo tiene que ver con la importancia de crear entornos de
trabajo que muestre el liderazgo del cuidado, un cuidado de enfermería con ciencia
y evidencia. Asumir puestos de gestión y donde se tomen decisiones políticas
para cuidar la vida y la salud. Que los
profesionales ejerzan las competencias profesionales de la ley 266 de 1996 Que
nos convirtamos en trabajadores del conocimiento actuando críticamente,
creativamente y divergentes de aquello que no permita la dignidad del
profesional y de los sujetos de cuidado. Deseo de retomar las sendas del
cuidado y llenarlo de humanización, ética, pasión, respeto, honestidad, rigor,
diversión, compromiso, razón, corazón, emoción, sentimiento. ¿Cómo utilizo mi
talento? Nuestra profesión va ligada a nuestros valores y principios
profesionales, eso es igual a vocación.
Debemos trabajar en acciones
que visibilicen a la profesión, que inspiren a otros a soñar, a aprender a
llegar a ser más, a hacer más. En este 2018
he abierto mi ventana de la ilusión por lo que hago y no quiero que se cierre.
Les invito a unirnos.
Albalu te has puesto a pensar que algo se perdió en la profesión búscalo porque sino otro lo encuentra y ..... Te admiro por lo que haces y solo te digo El mejor espectáculo que brindan las ilusiones es verlas nacer. Nada les compite. Pero bueno, quizá como tu dices despierten tus colegas...
ResponderEliminarCamilo Pinto J
IIDH
"El valor del pensamiento se mide por su distancia con respecto a la continuidad de lo desconocido" Theodor Adorno, cada vez nos alejamos mas del Ethos colectivo de enfermería, lo que nos obliga a reflexionar
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