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Enfemera de la Universidad del Rosario de Bogotá-Colombia-Abogada de la Universidad Nacional de Colombia. Con formación postgradual en Gerencia de la Salud Pública,Instituciones Jurídico Laborales , Políticas Sociales con Enfasis en Salud y Docencia. He sido profesora de Etica y Bioética, FORMACION POLITICA en universidades como: Fundación Universitaria del Area Andina en Bogotá-Colombia; y me desempeñè como Enfermera HUS de Bogotá ; Conferencista en las áreas de Responsabilidad profesional, políticas de Salud y enfermería, Etica y Bioética, Derechos fundamentales, en especial derechos de los niños y niñas. Expresidenta del Consejo Técnico Nacional de Enfermería CTNE -período 2008-2010. Fui hasta el año 2015 miembro de la Asociación Nacional de Enfermeras de Colombia ANEC.

jueves, 1 de mayo de 2014

VOCACIÓN: EJERCICIO PROFESIONAL GENUINO vs ARTIFICIAL o EQUI-VOCADO.


En noches de insomnio y días de desaliento, la mosca zumba y zumba en la cabeza… ¿Tiene sentido este oficio que uno ha elegido, o que lo ha elegido a uno?”
Eduardo Galeano.

En el mes pasado una de mis colegas me preguntó qué opinaba sobre un artículo publicado el 9 de Abril, en el Diario El Espectador  de Colombia,  que menciona la actitud de una enfermera. 

Ese caso nos sirvió como pretexto para reflexionar sobre VOCACIÓN Y PROFESIÓN, un vínculo deseado y a su vez cuestionado, que  nos pone a pensar   en el significado de un ejercicio profesional genuino vs/ artificial o equi-vocado.    

Desde su origen: No hay tutía, existen hechos notorios que  muestran que la vocación existe. La encuentro en mis colegas (hombres y mujeres),  especialmente en aquellas personas que les gusta lo social, la política, la investigación, y en  quienes conmigo brindaban cuidado a personas enfermas,  a quienes admiro y pregunto: ¿por qué dedican sus horas, días, y mejores años de su vida  a realizar una labor, o  ejercer una profesión, sin que el éxito, el enriquecimiento económico constituyan su motivación principal? Esto no tiene otra explicación que la palabra vocación.
·      Algunos consideran su origen de carácter religioso: el latín  “vocare”, que significa llamado.
·     Otros lo encuentran en los  griegos, quienes representaron ese concepto abstracto como un rapto de las Musas, escribe Walter Otto en su célebre estudio Las Musas. El origen divino del canto y del mito
·        Weber se refiere a la vocación como compromiso.
·        Con Adela Cortina, se la entiende como un entusiasmo permanente.
Particularmente, me gusta que quien presta el servicio de transporte, atiende en una ventanilla de una oficina pública, o realiza una consulta de medicina  por muy especializada y encumbrada que sea, lo haga dejando ver el gusto por el ejercicio de  su profesión.
Hay quienes afirman que hay profesiones más vocacionales que otras. Esta posición es discutible y puede encerrar algunos inconvenientes. Ejercer una profesión con convicción- como debe ser un ejercicio auténtico en cualquier campo de la actividad humana -, no siempre es óbice para asociarla con la concepción de “apostolado”. Ese desinterés altruista, en muchos casos, pretende esconder obligaciones que deben cumplirse, como la retribución al trabajo y la carga del mismo, llevando a que la persona se conforme solo con la satisfacción que deja el servicio, o el deber cumplido.
En el ejemplo de mis colegas,  por el hecho de actuar como lo hacen, no están regalando su trabajo;  pero SI  tienen claro que en estos tiempos, anteponer ganancia ,a toda costa, a la profesión es una  de las EQUI- VOCACIONES.  
Los momentos de la vocación
Una de las paradojas de la vida es la escogencia de una profesión que en su gran mayoría se hace en la adolescencia; edad donde a la juventud  le gusta todo y no le gusta nada. En medio de la auto posesión, el narcisismo, el subjetivismo extremo y libre de compromisos, característicos, en gran parte,  de la adolescencia es cuando la persona es preñada de vocación o de equi/vocación; y en ese estado debe disponerse a sobrellevar esa extraña gravidez y solitaria emoción de comenzar y “hacer carrera” en su ejercicio profesional.
Así, la  juventud se predispone a la “Visio”, la imagen de lo que quiere ser, llevándola  a la “Missio” clarificar la visión acorde con el propósito y fin de la profesión: momento en que se puede degustar lo que se  hace,  y encontrarse  en condiciones de sustanciar la “missio” o esencia de la profesión.
Dos momentos que pueden vivirse en uno solo, o que también pueden no vivirse, por equi-vocación. La inercia profesional, puede sobreponerse en cualquier momento y producir toda serie de fracturas, haciendo que el profesional no abandone la profesión, llevándolo o a un resentimiento perpetuo , o al desinterés, desconocimiento y no reconocimiento de todo lo relacionado con su profesión. Cuantas veces Usted ha escuchado: “yo ya trabaje".
También es necesario tener en cuenta que, la emoción de la “visio”, a veces enceguece; el novato quisiera cambiarle todo a la profesión;  ese todo implica, muchas veces, no darse cuenta de los precedentes, historia, reglas  y fundamentos en que se ha construido la profesión. Un inconveniente que también puede llevarlo a frustraciones, o a vivir en equi-vocación  un ejercicio profesional artificioso, y /o perder vocación. ¿Ha observado a muchos de sus colegas  haciendo todo lo de otros, menos lo de su profesión?
En efecto, solo puede producir algo, quien conoce las reglas de la profesión  de que se trate, lo cual acontece, en la mayoría de los casos, cuando se adquiere: habilidades técnicas y disciplina requeridas para que la profesión tome forma, y  la obra se perfeccione con la deseable autonomía y arte.
Vivir la profesión con autenticidad,  es vivirla como un proyecto, donde todas las opciones existenciales de la profesión se  perciben abiertas y el ámbito de desempeño elegido se siente que le absorbe por entero el ser, y  el profesional dirige  sus facultades intelectuales, volitivas, sentimentales y  hasta  corporales hacia el propósito y fin de la profesión por la que existe.
Profesional auténtico: Ese llamado, ese rapto, ese compromiso y entusiasmo permanente, esa concentración de energía o  pasión,  necesita que la persona se cultive, como nido donde se incuba su obra  profesional. La perseverancia, conocimiento, concepción  y disciplina son elementos que permiten diferenciar a un profesional situado o  con vocación, de otro equi-vocado, y no importa género ni edad. El artificioso se queda ensimismado en su propia veneración, en su egoísmo, y por ello, cuando llega el momento de verdad en lo que hace, deja ver su falta de modestia y generosidad para  compartir  su bagaje y coraje con  los otros. La vocación no es egoísmo.
Por otra parte, hoy ha pasado mucha agua bajo el puente desde aquellos momentos en que se pensaba que vocación y profesión eran contradictorios. Por el contrario, la profesión necesita de alta calificación y al mismo tiempo vocación, digo compromiso.

Fraternalmente :  Si bien he señalado la relación entre vocación y escogencia,  sin embargo  esto no siempre ocurre. La opción de una u otra profesión en gran parte es una cuestión más de motivos, que de móviles subjetivos, y de motivos que se imponen, mucho más que se eligen. Por eso, las profesiones, en esos momentos de verdad en la relación con el otro, se van revelando más como una necesidad y una manera de vivir: como “lo que hay que hacer” y  no con mucha claridad como una elección. Una realidad para pensar y actuar por las organizaciones profesionales . 
En fin, la vocación suministra una inigualable intensidad a la existencia, derramando sobre nuestra propia biografía una lluvia de “sentido”. Esta es mi manera de entender la vocación,  así la vivo, la comprendo y me comprendo a mí mismo, precisando que una vocación NO arguye, casi siempre, genio ni talento. 
Les  deseo que con su vocación y profesión tengan un buen vivir y puedan vivir bien-


Link para leer el comentario del período el Espectador: http://www.elespectador.com/opinion/los-colombianos-somos-michicatos-columna-486043
http://www.elespectador.com/opinion/los-colombianos-somos-michicatos-columna-486043