EL HILO QUE UNE, AQUELLO QUE NOS SEPARA
La fragilidad de los vínculos entre los miembros de una profesión, es motivo de preocupación de gran parte de los profesionales , quienes perciben, identifican y definen la fisonomía de sus relaciones como un problema de COLEGAJE, situación habitual y ostensible que se presenta con similares perfiles en los distintos espacios del ejercicio profesional.
Entre las distintas causas de
esta fisonomía, se encuentra y sin lugar a duda, la incidencia del modelo
económico, cultural, social y político la
sociedad actual que enfatiza el individualismo y la competencia, llevándonos a adoptar actitudes defensivas: mirar al otro/a como un posible enemigo y/o competidor.
A causa del choque de intereses entre la misión social de las profesiones y la misión de mercado de las instituciones, hoy se vive una tensión permanente en las relaciones de trabajo, constituyendo la cohesión social un dilema profesional. (Página de Ética No
12-TNEE-)
Si bien la unión es un mandato de especie, la construcción y fortalecimiento del hilo que nos une, o nos debe unir , no es un acto espontáneo. El COLEGAJE es una construcción social que se aprende, se fortalece y se refuerza desde la formación de los miembros de una profesión en el medio educativo, y en todo el curso de la vida profesional.
Es un proceso que transita rutas
no lineales sino sinuosas, donde a veces
uno se encuentra y otras se pierde; en
esos ritmos y arritmias que se viven en el ejercicio profesional se necesita
tanto de razón y principio de realidad,
es decir de: organización, proyecto de
desarrollo profesional y proyecto de vida, como también de corazón: son indispensables el afecto, la sensibilidad social y la vocación. Como lo señalaba alguien, ante lo esencial debe existir la unidad; ante lo importante
debe existir la diversidad; y siempre y siempre en cualquier caso debe existir la generosidad.
De esta forma, el COLEGAJE se convierte en un ACTO SINERGICO de
desprendimiento y entrega y uno de
los procesos que todo profesional debe
vivir en los espacios de interacción , donde puede encontrar su razón como ser social y con ello su condición de humanidad: encontrarse e
identificarse con su naturaleza.
Esta SINERGIA que
se logra con el COLEGAJE tiene consecuencias
prácticas y benéficas para la vida
individual de los miembros de una profesión. Si a la profesión le va bien, a
sus miembros también; logrando confianza y realización profesional, parte del
proyecto de vida de quien ejerce una profesión.
El COLEGAJE se alimenta de valores y
principios individuales y colectivos. Fundamentalmente del COMPROMISO –con-tigo- y -como parte de-; de la SOLIDARIDAD, entendida como: SOL –irradiar, visualizar; Y DAR: hacer conciencia, Y DAD: pasar al compromiso y la acción. En última instancia, la armonía en el trabajo, por las consecuencias que de ello se derivan para la sociedad , forma parte de los deberes propios de una profesión . Para el caso particular de Enfermería el COLEGAJE debe establecerse con base en los principios, deberes y derechos de los profesionales de enfermería que establecen las Leyes 266 de 1996 y 911 de 2004.
La visión esperanzadora del COLEGAJE nos permitirá cumplir con nuestra misión, reconocernos y considerarnos guardianes de
la existencia de nuestra profesión en medio de las diferencias, necesitando desarrollar liderazgos inteligentes y una concepción de futuro que nos permita alcanzar el goce individual y colectivo del derecho a un ejercicio profesional digno .
NOTA: Este post se publica en cumplimiento a la petición que me hicieran
muchos de los colegas, y con el fin de darlo a conocer a otros colegas, estudiantes y
miembros de otras profesiones y amigos del blog, quienes no tienen acceso a la revista ANEC No 78 /2012, donde desarrollé
parte de las ideas que aquí se
comparten.