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Enfemera de la Universidad del Rosario de Bogotá-Colombia-Abogada de la Universidad Nacional de Colombia. Con formación postgradual en Gerencia de la Salud Pública,Instituciones Jurídico Laborales , Políticas Sociales con Enfasis en Salud y Docencia. He sido profesora de Etica y Bioética, FORMACION POLITICA en universidades como: Fundación Universitaria del Area Andina en Bogotá-Colombia; y me desempeñè como Enfermera HUS de Bogotá ; Conferencista en las áreas de Responsabilidad profesional, políticas de Salud y enfermería, Etica y Bioética, Derechos fundamentales, en especial derechos de los niños y niñas. Expresidenta del Consejo Técnico Nacional de Enfermería CTNE -período 2008-2010. Fui hasta el año 2015 miembro de la Asociación Nacional de Enfermeras de Colombia ANEC.

jueves, 1 de noviembre de 2018

EL ARTE UN COMPONENTE DEL EJERCICIO PROFESIONAL

Estas cortas líneas –no alcanzan a ser una introducción-  son ideas sueltas e inconclusas sobre el arte de una profesión,  como componente del ejercicio profesional.

En el ejercicio profesional, el arte y la ciencia se muerden la cola.
El arte de una profesión junto con la aplicación de la ciencia  son puntos extremos de tensiones que se alimentan uno por el otro. Si los dos no se cultivan, sus  efectos no son,  ni serán los esperados. El arte al formar parte de los componentes de una profesión, debe llevar al fin del mismo: la belleza y la utilidad.  Desde mi condición de enfermera siempre he pensado que:  el arte del cuidado: objeto de la profesión de enfermería, (el arte de curar objeto de la medicina, etc, etc)  se encuentra más cerca de la sabiduría , pero no he podido prescindir en este planteamiento de la necesidad de la razón, porque si se diera esa ruptura no habría lugar para el ejercicio de una ética activa y comprometida con la “virtuosidad de la profesión”. La categoría de lo “virtuoso”, apropiada por el arte en general, indica en el ejercicio profesional que este profesional  sabe lo que está bien ,  lo hace y llega al otro;   y  lo hace a la manera de un buen músico que hace que la melodía que interpreta  lo hace porque se la sabe, y coloca su corazón para transmitirlo a  quien lo escucha,  y por ello llega, despierta los sentidos ,  y asombra.
En una profesión, el virtuoso además de llegar a, debe cumplir  con el propósito profesional, un referente general que permite centrar el quehacer y como-hacer del acto (lo que tiene posibilidad para ) profesional, y es frente a ese propósito que arte y ciencia se retroalimentan, se conectan en un eterno diálogo que se muerde la cola. 

El arte y su utilidad en las profesiones :  Aplicar el conocimiento de una profesión depende no solo de la  solidez de su aprendizaje, y del tipo de experiencia, sino de procesos sensoriales y motores de quien vive la profesión. El que vive la profesión ejerce con arte la profesión. Vivirla es entonces: proyectar  sus procesos, nutrir sus conocimientos, descubrir el sentido de todo y cada uno de sus actos, emocionarse ante la realidad del otro, tender puentes,  entendiendo que la realidad  del sujeto de cuidado (caso de la enfermería) no le viene dada, sino debe crearse , construirse, inventarse, renovarse, resciliarse, y cumplir con el resultado esperado: el propósito de  la profesión. Ejemplo: el artículo 3º de la LEY 266 DE 1996 señala como uno de los fines: “aliviar el dolor, y contribuir a una vida digna y de calidad”, por tanto el conocimiento para ello como la forma que tome deben alcanzar ese resultado.  Por otra parte, al margen de todo esto,  me encanta que se identifique el cuidado como un arte, porque hay un número limitado de maneras de curar, pero infinitos modos de cuidar a alguien

El arte y la construcción simbólica de la profesión:   Cuando se aprecia una obra de arte se achican distancias entre el artista y quien lo aprecia. Lo mismo sucede con el ejercicio de una profesión, las distancias entre profesional y sujeto son menores, por tanto reconocidas. El profesional “virtuoso” toma la realidad del sujeto de cuidado , la acerca con sus palabras, sus gestos, sus emociones, su actitud, su conocimiento y además lo hace en pequeñas porciones, la comparte y retroalimenta para ayudar a entenderla, a que el otro se dignifique, construyéndose mutuamente. La capacidad del profesional virtuoso radica en la suposición de que la naturaleza humana es capaz de prosperar (que en esa interacción profesional-sujeto, los dos son naturaleza) y así se disponen para su crecimiento. Quizá aquí se encuentra el talón de Aquiles de nuestra profesión, ya que siempre abogamos porque se reconozca nuestra autonomía , identidad, se visibilice el quehacer, pero puede sucederá que hemos dejado o no seguimos cultivando el arte del cuidar, o el cuidar con arte, y con ello somos víctimas de nuestros propios actos: no tienen efecto, no se ven, no se reconocen  , y al vernos perdidas y perdidos , casi que no se nos apoya. Mencio, un confusionista del siglo XIV ,   señalaba que “el arte de algo  tiene la capacidad de dejar ver , aún a aquél que ha perdido la visión”, y que esta capacidad requería de tres conceptos centrales interrelacionados  - que solo voy a mencionar aquí- : la extensión ( extender sus conocimiento hacia el desarrollo de sentimientos), la atención (concentrarse en), la conciencia inteligente( armonía ,discernimiento, razón, sentir).  De esta forma la práctica profesional adquirirá sentido valorativo, simbólico , legitimador de su quehacer, y el reconocimiento social , económico, personal y colectivo tiene  posibilidades.


Las manifestaciones del arte de la profesión: Mucho se menciona en la formación de un profesional que tal profesión es una ciencia y una arte, pero para quien recibe ese concepto  le es difícil discernir en qué consiste ese arte y como manifestarlo para que se vea, aprecie, reconozca. Algunas veces, y en mi caso cuando me formé como enfermera, entendía que el arte de enfermería tenía mucho que ver con la técnica,  pero en el curso de mi ejercicio profesional me di cuenta que era necesario develar las manifestaciones de dicho arte si se quería gobernar sabiamente mi ejercicio profesional. Para ello, lo primero es aceptar la relación inteligencia-afectividad, entendiendo que los sentimientos han dejado de ser aquello que frena la inteligencia y por el contrario reivindicarse como parte de la percepción profesional, el nutrir la vida profesional, la investigación. En la actualidad tenemos razones de peso para cambiar las antiguas visiones de que las profesiones deben ser neutrales, y el ejercicio plano, sin sentimiento ni emoción. En segundo término, también debe reconocerse que es imprescindible el desarrollo de la sensibilidad en quien ejerce una profesión desde cualquier posición.. 

Particularmente podremos mencionar algunas manifestaciones de ese arte del cuidado  y para cuidar así:   el efecto terapéutico de la palabra; la estética del confort;  la estética en la aplicación de la técnica; el manejo de la relación profesional-sujeto de cuidado; la forma para llegar donde la ciencia necesita hacer presencia, ejemplo un consentimiento informado de algún procedimiento que alguien rechaza, una comunidad que no acepta la ayuda profesional, o debido a una creencia religiosa  etc (para aplicar la ciencia con conciencia); el enriquecimiento espiritual y cultural mutuo (la epigenética avanza en mostrar los efectos de los entornos de afecto y espirituales que estimulan la dopamina, respuestas inmunológicas y otras); el embellecimiento del entorno, la naturaleza y el medio ambiente ( ahora se habla de que el entorno puede generar herencia);  la ilustración gráfica de su producción intelectual; la asertividad y técnicas de resiliencia, y todos los etc, etc que usted pueda aportar.