Saludemos a un año nuevo y una nueva oportunidad para nosotros de hacer las cosas bien. (Oprah Winfrey)
El inicio de un nuevo año constituye una oportunidad para reflexionar sobre nuestros sueños, objetivos y retos. Seguramente, la desiderata 2014 para las profesiones puede volverse interminable, así que solo con las ganas, selecciono tres:
Construye tus sueños, alcanza tus derechos: Que en este año los profesionales, las organizaciones, los estudiantes, los docentes, los sujetos de cuidado no permitamos, ni nos permitamos más excusas para alcanzar nuestros derechos.
En tiempos impredecibles, azarosos, y de alta polarización, una constante permite convocarnos y unificar nuestras diferencias: nuestros derechos. Nadie podría sustraerse o pensar que no los tenemos, o que debemos cederlos, sin existir excusas para la postergación de sus logros.
Podríamos desear para este año, que las organizaciones de profesionales- permitan que los profesionales se reconcilien con sus sueños. Es hora de escuchar, opinar, participar, conversar, desempolvar documentos sobre los problemas concretos de profesiones como enfermería, mostrando capacidad de respuesta a esas inquietudes.
En consonancia con esto, para encontrar respuestas sobre las dificultades que hoy aquejan a todos y cada uno de los miembros de una profesión, deben comenzar enamorándolos de la ideología fundamental de cada organización. La atención que las organizaciones presten a los problemas de sus miembros, debe permitir que estos sientan que el empuje para encontrar respuestas son un canto de esperanza; esto permitirá afianzar la confianza y credibilidad en los recursos y potencialidades de las organizaciones, mostrando que impulsan unidad, poder y capacidad para movilizar recursos que permitan efectuar fines colectivos de la profesión. Al respecto, se sueña que es necesario superar la tendencia , a veces, de no mirar los árboles: que el bosque no oculte a los árboles.
Igualmente, se espera que las organizaciones den a conocer sus planes de acción (derecho a la publicidad) en pro de la profesión, que den a conocer lo que debe esperarse de ellas, de los resultados funcionales positivos o no (derecho a la rendición de cuentas); esto nos permitirá tomar, de parte y parte, conciencia y comprensión de la acción y capacidad de los líderes, de los obstáculos que coloca el contexto, facilitando una nueva cultura de consecuencias y ética de responsabilidades hacia el desarrollo profesional.
Por otra parte, se espera que los profesionales desplieguen todo su potencial para que defiendan sus sueños-digo derechos- en el campo laboral, económico, imagen social, reconocimiento, visibilidad, nadie puede sustraerse de su responsabilidad de defender lo suyo, documentando sus propuestas. Si no construimos nuestros sueños alguien, en este año, estará interesado en confundir nuestros sueños y postergarlos .
Reconstruye tu memoria: En este nuevo año, todos y cada uno de los profesionales, deberíamos comenzar, en especial en la docencia, fortaleciendo el conocimiento de la historia de la profesión, todo esto en busca de sentido de lo que hacemos y hacia un mejor presente. El que no reconoce su pasado no tendrá futuro. Una de las falencias de las nuevas generaciones es ignorar, o conocer a medias, que las profesiones (hablo por Enfermería) han tenido épocas de oro que marcan optimismo y dan cuenta de sus capacidades. Creer solo en el presente inmediato lleva, en mi entender , a un pesimismo enfermizo, deterioro y pérdida de vocación y aprecio por los valores profesionales que han contribuido al desarrollo de la sociedad, el país, la salud y las personas. Señalo que para lograr un mejor futuro se necesita arriesgar, muchas veces el presente, recordando el pasado. Desde mi experiencia profesional, puedo afirmar que asumir la posición de la verdad y defensa de los problemas de una profesión, no siempre es un jardín de rosas, se necesita resistir presiones de censura, pero son los principios profesionales, la Etica y el compromiso histórico con la profesión los que permiten salir adelante.
Prométete aprender, oblígate a actuar. Sabemos que las acciones hablan más duro que las palabras. Y un profesional es tal, si posee conocimiento, concepción y acción. Entonces reflexionemos que estamos en medio de un proceso de cambio, que necesita de nuestras acciones, y por tanto de saberes que nos lleven a pensar si: ¿La formación de los profesionales alcanza un nivel de logros satisfactorios que dé respuesta a su compromiso social? ¿La educación que recibe un profesional aporta al logro de una mejor sociedad y a un ejercicio profesional digno y justo? Sus respuestas requieren del compromiso que comienza por entender la necesidad de fortalecer los espacios de formación, sus recursos, currículos y condiciones de trabajo de los docentes.
En este campo necesitamos fortalecer la formación de los pregrados y desentrañar las falencias de la calidad de los postrados y la oferta de educación continua. Estos problemas no son secundarios y su importancia no debería ser subestimada. La realidad es grande: no existe escalafón profesional , no reconocimiento, no ubicación en su campo de saber y la recuperación de la inversión económica sigue siendo una utopía. Ante lo aciago de esta realidad, el reto atraviesa la necesidad de estimular alianzas, superando dicotomías, abriendo perspectivas para que exista una mayor articulación entre la “teoría y la “práctica”, entre las organizaciones y sectores, proponiendo, trabajando y reformulando constantemente las propuestas. Un sueño al respecto , es la necesidad de afianzar estrategias de acción específicas para consolidar la formación en Etica y Política, no rezagándolas como asignaturas transversales o de libre elección, bajo la falsa conciencia, que estas son habilidades innatas.
No nos digamos mentiras este año, las barreras del pleno acceso a la participación de los profesionales, las falencias en las organizaciones, la pérdida o des-humanización de sus prácticas, tienen un comienzo que me atrevo a señalar como discusión: las limitaciones en el aprendizaje. El 2014 debería ser el año de la educación para una mayor participación y compromiso como profesionales, ciudadanos, personas, trabajadores y género.
Finalmente: Que cada uno de los lectores haga la lista de sus deseos para el 2014, deseando para Colombia que de las cenizas de más de 50 años de violencia, renazca un mañana con una paz sostenible; que el sistema de salud sea un culto a la justicia; que la educación sea de verdad el motor del desarrollo profesional; que renovemos como profesionales la esperanza en nosotros mismos y creamos en lo que hacemos, a fin de no sucumbir en la desesperanza: enfermedad fatal para el alma de la sociedad, el país, la salud y las personas.
Saludemos a un año nuevo y una nueva oportunidad para nosotros de hacer las cosas bien. (Oprah Winfrey)
El inicio de un nuevo año constituye una oportunidad para reflexionar sobre nuestros sueños, objetivos y retos. Seguramente, la desiderata 2014 para las profesiones puede volverse interminable, así que solo con las ganas, selecciono tres:
Construye tus sueños, alcanza tus derechos: Que en este año los profesionales, las organizaciones, los estudiantes, los docentes, los sujetos de cuidado no permitamos, ni nos permitamos más excusas para alcanzar nuestros derechos.
En tiempos impredecibles, azarosos, y de alta polarización, una constante permite convocarnos y unificar nuestras diferencias: nuestros derechos. Nadie podría sustraerse o pensar que no los tenemos, o que debemos cederlos, sin existir excusas para la postergación de sus logros.
Podríamos desear para este año, que las organizaciones de profesionales- permitan que los profesionales se reconcilien con sus sueños. Es hora de escuchar, opinar, participar, conversar, desempolvar documentos sobre los problemas concretos de profesiones como enfermería, mostrando capacidad de respuesta a esas inquietudes.
En consonancia con esto, para encontrar respuestas sobre las dificultades que hoy aquejan a todos y cada uno de los miembros de una profesión, deben comenzar enamorándolos de la ideología fundamental de cada organización. La atención que las organizaciones presten a los problemas de sus miembros, debe permitir que estos sientan que el empuje para encontrar respuestas son un canto de esperanza; esto permitirá afianzar la confianza y credibilidad en los recursos y potencialidades de las organizaciones, mostrando que impulsan unidad, poder y capacidad para movilizar recursos que permitan efectuar fines colectivos de la profesión. Al respecto, se sueña que es necesario superar la tendencia , a veces, de no mirar los árboles: que el bosque no oculte a los árboles.
Igualmente, se espera que las organizaciones den a conocer sus planes de acción (derecho a la publicidad) en pro de la profesión, que den a conocer lo que debe esperarse de ellas, de los resultados funcionales positivos o no (derecho a la rendición de cuentas); esto nos permitirá tomar, de parte y parte, conciencia y comprensión de la acción y capacidad de los líderes, de los obstáculos que coloca el contexto, facilitando una nueva cultura de consecuencias y ética de responsabilidades hacia el desarrollo profesional.
Por otra parte, se espera que los profesionales desplieguen todo su potencial para que defiendan sus sueños-digo derechos- en el campo laboral, económico, imagen social, reconocimiento, visibilidad, nadie puede sustraerse de su responsabilidad de defender lo suyo, documentando sus propuestas. Si no construimos nuestros sueños alguien, en este año, estará interesado en confundir nuestros sueños y postergarlos .
Reconstruye tu memoria: En este nuevo año, todos y cada uno de los profesionales, deberíamos comenzar, en especial en la docencia, fortaleciendo el conocimiento de la historia de la profesión, todo esto en busca de sentido de lo que hacemos y hacia un mejor presente. El que no reconoce su pasado no tendrá futuro. Una de las falencias de las nuevas generaciones es ignorar, o conocer a medias, que las profesiones (hablo por Enfermería) han tenido épocas de oro que marcan optimismo y dan cuenta de sus capacidades. Creer solo en el presente inmediato lleva, en mi entender , a un pesimismo enfermizo, deterioro y pérdida de vocación y aprecio por los valores profesionales que han contribuido al desarrollo de la sociedad, el país, la salud y las personas. Señalo que para lograr un mejor futuro se necesita arriesgar, muchas veces el presente, recordando el pasado. Desde mi experiencia profesional, puedo afirmar que asumir la posición de la verdad y defensa de los problemas de una profesión, no siempre es un jardín de rosas, se necesita resistir presiones de censura, pero son los principios profesionales, la Etica y el compromiso histórico con la profesión los que permiten salir adelante.
Prométete aprender, oblígate a actuar. Sabemos que las acciones hablan más duro que las palabras. Y un profesional es tal, si posee conocimiento, concepción y acción. Entonces reflexionemos que estamos en medio de un proceso de cambio, que necesita de nuestras acciones, y por tanto de saberes que nos lleven a pensar si: ¿La formación de los profesionales alcanza un nivel de logros satisfactorios que dé respuesta a su compromiso social? ¿La educación que recibe un profesional aporta al logro de una mejor sociedad y a un ejercicio profesional digno y justo? Sus respuestas requieren del compromiso que comienza por entender la necesidad de fortalecer los espacios de formación, sus recursos, currículos y condiciones de trabajo de los docentes.
En este campo necesitamos fortalecer la formación de los pregrados y desentrañar las falencias de la calidad de los postrados y la oferta de educación continua. Estos problemas no son secundarios y su importancia no debería ser subestimada. La realidad es grande: no existe escalafón profesional , no reconocimiento, no ubicación en su campo de saber y la recuperación de la inversión económica sigue siendo una utopía. Ante lo aciago de esta realidad, el reto atraviesa la necesidad de estimular alianzas, superando dicotomías, abriendo perspectivas para que exista una mayor articulación entre la “teoría y la “práctica”, entre las organizaciones y sectores, proponiendo, trabajando y reformulando constantemente las propuestas. Un sueño al respecto , es la necesidad de afianzar estrategias de acción específicas para consolidar la formación en Etica y Política, no rezagándolas como asignaturas transversales o de libre elección, bajo la falsa conciencia, que estas son habilidades innatas.
No nos digamos mentiras este año, las barreras del pleno acceso a la participación de los profesionales, las falencias en las organizaciones, la pérdida o des-humanización de sus prácticas, tienen un comienzo que me atrevo a señalar como discusión: las limitaciones en el aprendizaje. El 2014 debería ser el año de la educación para una mayor participación y compromiso como profesionales, ciudadanos, personas, trabajadores y género.
Finalmente: Que cada uno de los lectores haga la lista de sus deseos para el 2014, deseando para Colombia que de las cenizas de más de 50 años de violencia, renazca un mañana con una paz sostenible; que el sistema de salud sea un culto a la justicia; que la educación sea de verdad el motor del desarrollo profesional; que renovemos como profesionales la esperanza en nosotros mismos y creamos en lo que hacemos, a fin de no sucumbir en la desesperanza: enfermedad fatal para el alma de la sociedad, el país, la salud y las personas.