DANNY AMAZONAS |
Desde ya, podemos ver que esta sería la virtud práctica de lo
que aquí llamamos diálogo intercultural, o un proceso que resulta pertinente y
necesario en momentos como los que se vive en países como Colombia, en donde se
desarrollan con mucha fuerza procesos de inclusión y reincorporación social.
Como competencia ética, el desarrollo de un diálogo debe enraizarse en la cultura de
los sujetos, o sea en el mundo de valores, principios y significados a través
de los cuales los que dialogan interpretan y mediatizan sus experiencias,
constituyendo su verdadero fin:
comprenderse más a sí mismo.
Constituye así una obligación moral para todo profesional, encuéntrese
donde se encuentre: lograr la recuperación del ser humano, de todo lo humano, de
la dignidad humana- que se pierde por la razón instrumental que nos impone el
sistema económico, social, de salud, educativo- y debe hacerse desde donde estos seres humanos se expresan,
sienten y viven: la cultura, pero ésta no en abstracto, sino en su realidad
particular y concreta.
Aún más, es preciso considerar que el encuentro entre personas
de culturas diferentes ocurre en todos los espacios, pero no siempre suele producirse en condiciones simétricas, y por
tanto puede suceder que el profesional se encuentre en posición dominante, y sea
susceptible de tratar de imponer sus propios valores y realizaciones culturales
sobre las de los otros.
Esto obliga a pensar como se viene realizando el diálogo en
cada ámbito de la profesión. Particularmente para enfermería, debemos
reflexionar como ocurre el diálogo para el cuidado, o como forma de cuidado, a
fin de reconocer que , algunas veces, creemos que los sujetos deben pensar
igual que nosotros sobre la salud y el cuidado, y señalando , que esto no se agota en el respeto
a la cultura del otro, sino que debe llevar, además, a la aceptación y acogida
de su persona.
El otro, el que
necesita inclusión, reinserción, o reincorporación social, nos exige ser
reconocido, no por sus ideas o creencias, sino por lo que es: un ser humano. Esto reclama la formación y fortalecimiento en
estudiantes y profesionales de la dialogicidad como competencia ética. A tal
efecto, propongo promover:
·
Aceptar
y acoger al otro diferente. El uso de estrategias socio afectivas en el
ambiente de los centros de educación, de atención de la salud, que hagan posible el respeto y la
argumentación en el debate a las ideas diferentes, y la aceptación de personas
diferentes.
·
Se
enfatice en el uso de relatos y narrativas de experiencias, situaciones, formas
de cuidado, prácticas educativas, etc, útiles
para el objetivo de descubrir el “hábitat”, el “hábitus” de realización de la
existencia humana.
·
La
valoración de la propia cultura de la profesión: que se reconozca e introyecte
los valores y principios del ejercicio profesional. Recomiendo revisar y
debatir los post publicados en este blog
sobre identidad profesional, a donde van los valores de la profesión y otros.
·
La
construcción de un clima democrático en las aulas, las organizaciones, las instituciones
formadoras y de asistencia, que permitan la expresión y aceptación de las
diferencias de pensamiento, lo cual puede fortalecerse con técnicas de
cooperación y gestión democrática basadas – para enfermería- en los marcos de la Ley 266 de 1996 como el
deber ser, y de la Ley 911 de 2004 como la obligación del hacer.
·
El
pensamiento crítico que permita la valoración de las experiencias, de la
tolerancia de otros argumentos, de la búsqueda de consensos y no del rechazo del
otro. A propósito, vemos con dolor, como la falta de tolerancia, argumentación
y reconocimiento de la historia y el valor
de los legados que han dejado el trabajo de otras personas, se van sepultando organizaciones
,siendo necesario reflexionar al respecto.
Soy docente, pero ahora parece no haber tiempo para la narrativa, las exigenciass académicas solo se basan en conocimientos rígidos-se habla de evidencia-no de sentimiento, de lo probado, no lo creativo ni imaginado, de lo hecho. Que bonito mensaje nos dejas Alba y si "acogemos " tu propuesta podremos llega a cambiar este mundo, salud y alcanzar de verdad la competencia ética del diálogo. Un abrazo
ResponderEliminarPilar Fuentes R