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Enfemera de la Universidad del Rosario de Bogotá-Colombia-Abogada de la Universidad Nacional de Colombia. Con formación postgradual en Gerencia de la Salud Pública,Instituciones Jurídico Laborales , Políticas Sociales con Enfasis en Salud y Docencia. He sido profesora de Etica y Bioética, FORMACION POLITICA en universidades como: Fundación Universitaria del Area Andina en Bogotá-Colombia; y me desempeñè como Enfermera HUS de Bogotá ; Conferencista en las áreas de Responsabilidad profesional, políticas de Salud y enfermería, Etica y Bioética, Derechos fundamentales, en especial derechos de los niños y niñas. Expresidenta del Consejo Técnico Nacional de Enfermería CTNE -período 2008-2010. Fui hasta el año 2015 miembro de la Asociación Nacional de Enfermeras de Colombia ANEC.

viernes, 1 de diciembre de 2017

LA MAGIA DE LA FORMACION POLITICA Y ETICA EN LAS PROFESION

Invito a pensar en cuál es la magia de la formación política y la formación Ética en las profesiones, adoptando como premisa metodológica que el CEREBRO NECESITA EMOCIONARSE PARA APRENDER. 

Muchos de los estudiantes de las profesiones de la salud - ahora profesionales- que vivieron conmigo esta experiencia,  podrán dar fé de mi pasión y la pasión que adquirieron ellos por este campo. La formación política y la Ética, les permitió fortalecerse como personas, líderes, con mayor argumentación, dirección y movimiento en espacios con mayores conocimientos de las humanidades, el medio ambiente, la representación laboral. Lamento que sea una pequeña muestra que logró emocionar su cerebro.

¿Pero cómo? Con el análisis de situaciones del ejercicio profesional, encontramos que se vive la historia del desencantamiento continuo de los profesionales frente a su situación económica, social, y laboral.  Esto, pone en tela de juicio -la conciencia alineada de las profesiones o sea –una separación y distanciamiento entre la formación, la participación y la comprensión del contexto en que se ejerce- , que definitivamente  para que cambie necesita el reencantarse y reencontrarse porque el presente y futuro profesional están en juego.

Cada vez es más frecuente exigirle a la educación que tenga una responsabilidad mayor en la formación ciudadana y política de los futuros profesionales, lo que va acompañado de las exigencias de entregar los saberes necesarios – cada vez más complejos – para que se puedan integrar al mundo laboral y a la sociedad en general.

Un asunto no fácil. Una realidad que se vive en soledad por los profesores de estos campos, con  la presión que los responsabiliza sobre la suerte de dicha esperanza, como si los demás docentes no la tuvieran. Se requiere entonces comenzar por ellos,  toda vez que los profesionales ascienden a ser docentes solo con un buen conocimiento de su área específica, pero sin mayor conciencia histórica de la profesión.

Señalo esto, porque cuando se analiza situaciones puntuales del ejercicio profesional, se encuentra en quien las vive –los profesionales- o las observa - los estudiantes-  lo que llamo malestares del alma: esperando que otro llegue a redimirlos. Y esta cultura o concepción se reproduce en las aulas sin mayor discusión, como si fuera un asunto de otros,  y más aún, pensando que tanto la Ética , como la Política son disciplinas confusas que se ocupan de cuestiones de opinión, mientras que la ciencia se dedica al descubrimiento de hechos, a proporcionar pruebas y la difusión de verdades objetivas.
Nada más ajeno a esa concepción por eso los males del alma. Algo sintomático de ese malestar general  es la impotencia que viven los profesionales al no encontrarse empleos significativos. Se les exige que se identifiquen con el contexto y, aún mas, que lo justifiquen y defiendan, aún en contra de los principios profesionales y sus competencias.
Esto no nos debe desanimar, la magia llegará para posicionar las ciencias humanas y el humanismo logrando una centralidad única en aquellas profesiones que se denominan disciplinas sociales como la enfermería, y porque una sociedad con buenos logros educativos, tiende a ser más igualitaria en su estructura de ingresos, tanto por los retornos laborales a la profesión, como por el impacto  en nuestro ser, en el ethos profesional,  precisamente, como experiencia vital.

Hoy en día vivimos en una sociedad que experimenta cambios profundos, y trae de la mano  la enorme influencia de los medios de comunicación; las modificaciones que experimenta la institución de la familia, de las profesiones, de la juventud; las nuevas tecnologías y los mercados globalizados que demandan una nueva cultura laboral que no se debate dentro de las profesiones; la explosión de la sociedad del consumo; la nueva concepción de la ciudadanía y el rol del Estado, Toda esta problemática debe comprenderse y seducir a nuestros cerebros, y debe hacerse desde la Etica y la Política, buscando salidas que impacten a la sociedad y las profesiones en su preocupación por los valores, ya que dicha preocupación habla de los fundamentos que permiten convivir en sociedad y mantener el norte de la propia existencia tanto como personas y profesionales.

Por tanto,  desde la visión de que el conocimiento es  ‘el recurso’ que genera riqueza se puede encontrar la respuesta al ¿Cómo?, con un reencantamiento que seduzca, que mantenga viva la esperanza de que es posible un mundo mejor, más humano, más vivible y de mayor convivencia.   Invito a convocar miradas y acciones en pro de un futuro mejor. FELICES FIESTAS A TODOS Y TODAS LAS AMIGAS  DEL BLOG…nos leemos en el 2018.    

2 comentarios:

  1. Siempre he pensado que la pelota reclama afecto. Si es pateada con pasión, el tiro termina en las redes. Que en el 2018 las cosas cambien y en las profesiones sintamos la pasión necesaria para ese cambio . Saludos Juan B

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  2. Con un saludo cordial a la Maestra de la Visión real de nuestra profesión en el país, me atrevo a hacer un reconocimiento de una mirada que las organizaciones y las instituciones de enfermería en el contexto deberían hacer tanto en la capacitación a los profesionales egresados, como a los estudiantes de cada una de las instituciones formadoras. Se que la preocupación genuina es, como concreta el sistema, en el conocimiento de la tecnología y la ciencia; pero tiene razón la profesora en su preocupación (que claramente comparto), la importancia de la formación en lo fundamental para una profesión tan valiosa y necesaria en la salud y el bienestar de la humanidad. Gracias Alba Lucia por sus reflexiones y orientaciones, y mucha paz en estas festividades, Abrazos: Beatriz Peña

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