Soy enfermera hace más de dos décadas, y en estos últimos meses por razones de salud familiar, conocí más de cuatro instituciones prestigiosas que prestan servicios de salud en Bogotá, percibiendo como cualquier persona usuaria de dichos servicios, una sensación extraña y una percepción confusa sobre la imagen de la enfermera de hoy, percepción también sentida por otras personas que tiene que ver con la pregunta: quienes somos hoy las enfermeras?. Para nada sirven el relato de los hechos, o el nombre de las instituciones, más vale la reflexión, presentando una serie de ideas sueltas forman parte de lo que llamo literalmente mi “insomnio profesional “, y que siento que debo hacerlo público.
Como lo señala Octavio Paz “no creo que una generación se constituya por el tiempo, sino por su actitud ante la vida”, y en esto precisamente radica el insomnio o la preocupación, una preocupación por la actitud de quienes hoy ejercen la profesión, escondidas tras los enormes carros de medicamentos o la pantalla del computador, dejando que su liderazgo en el cuidado, la interacción con los sujetos de cuidado y la gestión del servicio , sea asumido por otros actores.
Como base firme de esta preocupación, encuentro una primera respuesta que proviene de una vieja tradición política según la cual la suerte de la identidad de una profesión, depende de la fuerza que tenga su alma colectiva, su espíritu profesional. En esta línea de pensamiento, se ubica Hegel. La respuesta contraria se encuentra en autores que desde el materialismo histórico, sostienen que la actitud por sí sola no explica nada, todo obedece a las condiciones materiales de existencia en las cuales cada grupo profesional se encuentra, siendo los rasgos de su actitud y su cultura, variables y circunstanciales. Quiero pensar sin más, que la respuesta a la preocupación se ubica dentro de esta última posición, y ello significa que aún el espíritu profesional sigue vivo.
Entender lo circunstancial de esta segunda posición, significa comprender en primera instancia, que las personas pueden escoger ser enfermeras o enfermeros de profesión, pero trabajar en el automatismo de las instituciones de salud de hoy, no es una profesión; ni siquiera un empleo, es un oficio , un trabajo más, presionado por la ligereza de la eficiencia y la explotación de su nombre enfermera-enfermero para efectos de la habilitación y la competitividad. La lección que me ha dejado mi ejercicio profesional en estos nuevos tiempos, y que quiero compartirla con la nueva generación de enfermeras, es que la enfermería como profesión y disciplina existe, no es sólo un trabajo, hay técnicas, tecnologías propias y hay teorías, hay libros, hay siglos de historia, por ello si van a ejercer la enfermería como profesión, no busquen acortar el camino. De otra forma, para que una formación profesional tan exigente y el desgaste social en la formación post-gradual incluso de doctorado?.
Somos profesionales que llegamos a lo más próximo de la vida cotidiana de las personas, pero a ello llegamos si queremos, de otra forma nos escondemos y dejamos que otro asuma nuestro lugar. Debemos comprender que pocas profesiones consiguen llegar tan cerca de esos límites como nosotras o nosotros lo hacemos, y por tanto, la enfermería es una profesión que nos da una dimensión de realidad muy grande, que nos abre la posibilidad de construir y reconstruir identidades –de la profesión y la nuestra- en un movimiento continuo. Por otra parte, es muy importante que podamos construir identidades positivas, y esto implica conocer y hacerlo saber, que las identidades piden reconocimiento, reciprocidad y son construcciones colectivas. Enfermeras y Enfermeros, no hay como construir identidades de modo solitario, ni detrás de los computadores, la identidad se construye en el quehacer del cuidado , en la vida cotidiana, junto con los sujetos de cuidado: persona, familia, comunidad y entorno y en la organización con nuestros pares, recuperando la centralidad de la humanidad; si recuperamos el cómo y quiénes somos, todos Y todas habremos ganado, de otra forma , todos y todas habremos perdido.
Que reflexión tan profunda y acertada,yo pienso que eso amerita que en clase quienes somos docentes, la pongamos a discusión de los estudiantes...Nubia Pinto P
ResponderEliminarEl artículo me conmovió por dos motivos. Uno personal, viví la experiencia de la enfermedad de un ser querido, quien lo atendia era una auxiliar, la profesional no levantaba sus ojos del computador ni siquiera para responder una pregunta; otro como profesional de ciencias sociales, no soy enfermera, recibo este blog con mucho agrado, es renovador . Uno de los impactos del mundo globalizado es el agotamiento de solidaridades colectivas y personales,en términos identatarios. Es necesario buscar un nuevo imaginario social que permita rescatar las energias solidarias dentro y muy a pesar del marco global. Al enfrentarse con estas tensiones, pienso que la identidad si tien un camino personal, en donde se busque con un análisis cotidiano la identificación de sus tensiones, sus prácticas, sus vínculos, sus relaciones, sus imaginaciones , sus como son y sus quienes son sin duda impuestos, como usted lo señala , por otros y por ello circunstanciales ; el camino colectivo y más el político,muy interesante por ser un proceso abierto a nuevos valores civiles , que integran entrelazan y permiten construcciones de nuevas visiones de como ser , reconociéndose en la historia. Atentamente, yanethcalvocalvo.
ResponderEliminarEl articulo invita a la reflexión sobre esa cotidianidad del ejercicio profesional de enfermería. y me pregunto que estoy haciendo para cambiar esa realidad. Quiero pasar a preguntarme, que hago para que la situación cambié y se que no corresponde a una sola persona, se necesita del colectivo de enfermería para generar el cambio, no es fácil, creo que el colectivo si puede generar el cambio, creo en las UTOPIAS, solo quiere dejar de culparme y de culpar a otros y otras, es importante crear la cultura de la solidaridad, confiar en el otro/a, creer en la capacidad que se tiene como personas y como cuerpo colegiado, dejando a un lado los interese personales y pensar en el Bien Común. Solo se requiere participar en un proceso para hacer de la Enfermería la profesión que dignifica el Ser Humano. SE puede si se quiere,
ResponderEliminarGracias Albita por el articulo y un reconocimiento por el compromiso que siempre ha vivido por la profesión. Helena
Que bueno que Usted instale la discusiòn sobre un tema tan àlgido como lo es la identidad. Me pregunto es a que horas sucediò esto? porque se fueron perdiendo espacios que eran nuestros. No se necesita esfuerzos aislados, se necesita fuerza y solidaridad colectiva. La academia no puede quedarse en las aulas...iduque.duque
ResponderEliminarAlba , gracias por ponernos a pensar en todas las situaciones que plantea en su blog, en especial en esta. Hay dos aspectos que moldean el quehacer de una profesión, la forma de vinculación histórica de los sujetos al mundo del trabajo que se hace teniendo en cuenta la dividsión del trabajo: omo solventes, o no solventes como es el caso nuestro de enfermería y la condición mayoritaria de trabajo asalariado. En ese último caso, la institución empleadora es quien decida el quehacer, y lo hacen con criterios (competencias laborales ) que desbordan en mucho los parámetros profesionales (competencias profesionales- en enfermería las que dicta la Ley 266 de 1996). Esto se da sin importar lo legal, dependiendo de la correlación de fuerzas que se dan en las instituciones ; lo grave es que en este juego de fuerzas, los profesionales se encuentran mas identificados con las normas instituidas de corte fiscalizador y disciplinador, constreñidas por ciertos procedimientos de control (uno de esos el contrato ), produciendo una práctica en la que frecuentemente predomina una razón instrumental , burocrática y normativa. Dicho en otros términos, una profesión no solo es el resultado de lo que el sistema formador (por cierto muy burócrata y aislado de los problemas sociales de la profesión ) ofrece a quienes buscan ser profesionales, como de la acción conciente de sus miembros. Esta tensión se produce en condiciones de asimetría, y debe ser punto de estudio de la relativa autonomía alcanzada a lo largo de nuestra joven-vieja existencia como profesión...seguiremos hablando y gracias por la oportunidad que tu nos brindas de hacerlo, buena falta que le hace a esta querida profesión.
ResponderEliminarMaría Lucía M.
serviciosenfermeria@yahoo.com
Si Alba Lucia, si es muy preocupante , como cada día se diluye el liderazgo en el cuidado, que es la esencia y la razón de ser de nuestra profesión.
ResponderEliminarLigia Mantilla
Profesora Alba, agradecemos su interés por mantenernos al tanto en los temas de enfermería; en referencia a la carta publicada por el profesor Camilo Jimenez compartimos con ustedes uno de los comentarios de la estudiante Victoria Tobar, que muestra la otra cara de la moneda de este debate. http://m.eltiempo.com/vida-de-hoy/educacion/carta-de-una-estudiante-de-comunicacion-social-a-camilo-jimenez/10913410/2/home
ResponderEliminarAnexo el blog del profesor Luis David Tobon Lopez. ¿CON CUAL DE LOS DOS DOCENTES (Camilo Jimenez y Luis David Tobon) NOS QUISIERAMOS IDENTIFICAR? y mas que ello ¿CUAL ES NUESTRO ACTUAR COMO DOCENTES?
ResponderEliminarPD: direccion del blog http://pensandoentic.net/ptic/?p=559
ResponderEliminarComo parte de la reflexión , por cierto muy relacionada con esta parte y con el tema de la calidad de la educación, es bueno colocarnos en contexto. Los comentarios anteriores se relacionan con la carta de renuncia del docente Camilo Jimenez y las posteriores opiniones en pro y en contra de sus consideraciones. Por favor entrar al blog http://elojoenlapaja.blogspot.com
ResponderEliminardonde está publicada la carta, y luego a la contestación del link anotado anteriormente por anónimo...seguimos comentando , saludos Albalucia
Ha pasado un año desde que este blog http://enfermeria-participacion.blogspot.com/ se reactivó, empezando a disfrutar de la infatigable, inteligente y solidaria cooperación de Ustedes los miembros y comentaristas: unos firmados con sus nombres como Ana Luisa, Helena, Luz Marina, Carmen Alicia , Gloria, Ligia, Aide, Armando, José etc, etc, y otros como anónimos; aprovecho esta ocasión para agradecer su comunicación que ha contribuido a corregir y mejorar el contenido de este blog, ganando fluidez. No sé que tanto habré logrado el propósito en este año…, pero mientras exista tema y deseo de hacerlo, estoy a su disposición y seguiré con la tarea hasta que Ustedes amados lectores lo permitan…
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