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Enfemera de la Universidad del Rosario de Bogotá-Colombia-Abogada de la Universidad Nacional de Colombia. Con formación postgradual en Gerencia de la Salud Pública,Instituciones Jurídico Laborales , Políticas Sociales con Enfasis en Salud y Docencia. He sido profesora de Etica y Bioética, FORMACION POLITICA en universidades como: Fundación Universitaria del Area Andina en Bogotá-Colombia; y me desempeñè como Enfermera HUS de Bogotá ; Conferencista en las áreas de Responsabilidad profesional, políticas de Salud y enfermería, Etica y Bioética, Derechos fundamentales, en especial derechos de los niños y niñas. Expresidenta del Consejo Técnico Nacional de Enfermería CTNE -período 2008-2010. Fui hasta el año 2015 miembro de la Asociación Nacional de Enfermeras de Colombia ANEC.

miércoles, 2 de enero de 2019

VISION PROSPECTIVA PARA EL 2019: La problemática de Enfermería en Colombia

Escribir para este blog por cerca de 8 años ha sido un tesoro. El blog es un lugar de encuentro,  un sitio de información y debate, donde hay controversia, buenos deseos y alegría.  Pero  también es todo  lo contrario: un terreno enfangado en el que unos y otros nos enzarzamos en l debates que buscan afirmar unas ideas contra otras, sin que entre por ninguna de las partes el aire de la razón ajena.
Por eso, pensando que tanto para  el tesoro y para el desdén hay sitio y  hay antídotos, y luego de tomar un respiro por más de un mes de no publicar respetando como corresponde su tiempo y descanso de esta época festiva, retomo el reto de escribir sobre lo que siempre hago: la problemática de la profesión,  entendiendo que si bien no valen las recetas , porque nadie cura los males chasqueando dedos, me atrevo a escribir estas  líneas , porque considero que  en una época en donde hay muchos jefes y pocos “….”, es decir muchos profesionales “-maestrados y doctorados ,  y  dado que es extraño que éstos no prometan públicamente revelarnos los secretos para resolver los males que afectan a la profesión, nos corresponde a quienes  conformamos el  término medio de los profesionales de enfermería, mirar pautas para resolver en prospectiva las cuestiones que nos afectan.  
·    Es necesario recalcar que el único documento público y oficial que “prioriza la problemática de la profesión” es el emitido con ese nombre en el año 2011, por el CTNE. Desafortunadamente, es nuestra  costumbre no masticar las ideas y olvidarlas sin más. Corresponde a las organizaciones, a la academia, y a los profesionales considerar esa priorización en sus planes de trabajo, o si ya se considera obsoleto el documento, darle cristiana sepultura como se merece.  

·     La Ley 266 de 1996 y la Ley 911 de 2004, relacionadas con el ejercicio de la profesión, no deben constituirse en un saludo a la bandera; o se aplican o se cambian, entonces decidamos… por otra parte, anoto con el mayor respeto, que este problema comienza  en la academia, ya que muchos  docentes si han leído estas normas una vez, no lo han hecho dos;  entonces manos a la obra.

·     El  deterioro de las condiciones laborales, en mi entender sigue siendo el principal o  primer problema de la profesión. Enfermería continúa con una flexibilidad laboral del 49% llevada por contratos de prestación de servicios, y otros no laborales, con salarios promedio de 2y1/2 salarios mínimos . ¿Cómo resolverlo? , mucho se ha propuesto en este blog sobre el tema, y es necesario reiterar que  existen infinidad de normas que permiten hacer cumplir aquello de la prohibición de “actividades misionales” pero las acciones no han sido emprendidas ni a nivel personal, ni gremial. Se necesita entonces organizaciones y  profesionales activos del control social, que con estudios que soporten las peticiones del salario y de la misión que cumple enfermería en el sistema de salud, no se siga dilatando el problema. Al respecto, pensemos que el bosque no deje ver los árboles. Este año tratemos que las fotos no sean  apoyando negociaciones donde enfermería no conforma ni siquiera una muestra válida de los actores de  la negociación, pues es urgente mirar la casa …

·     La distribución de profesionales y el sistema de salud, gran tarea,  no fácil, pero muy posible de resolver iniciando por construir la propuesta de la ratio enfermera/ paciente , de forma que se  se constituya en una resolución ministerial, luego vendrá la forma o formas de hacerlo cumplir.

·     El problema de la identidad, la vocación,  la pertenencia no es un problema de impacto menor, por el contrario: Si no se recupera la esencia, el objeto, el ser de la profesión: EL CUIDADO, seremos todo, otra cosa, otra profesión, menos enfermeras o enfermeros, y eso incide en lo profundo de la profesión y en quienes somos. Pienso que , esto es sencillo, si no se asume el cuidado por los profesionales es mejor no hacerle daño a la profesión y buscar formas y profesiones donde se sienta cómodo haciendo otra cosa que no sea cuidar, pero lo cierto es que, no puede permitirse que el cuidado de enfermería se pierda delegándose en otros actores como son los auxiliares de enfermería. Sin lugar a duda, en gran parte, depende de esto  que no tengamos respaldo social, reconocimiento y visibilidad, porque si nadie nos ve como cuidadores, líderes del cuidado, direccionándolo y dándole forma , la sociedad no puede defender lo que no ve. Todo esto, quizá también lleva a otro problema: la pérdida de liderazgo, y por supuesto el  sector formador debe darnos  una respuesta a esto.

En síntesis: necesitamos que las organizaciones y estructuras de enfermería se evalúen en sus misiones y acciones y desde estas se impulsen espacios como foros  permanentes sobre la problemática.

No podemos posponer los estudios actuariales  de recursos humanos, censo profesional y de cargos,  necesarios para cualquier tipo de negociación.

No podemos obviar la aplicación   de los contenidos de las leyes que regulan el ejercicio de la profesión. Mucha tarea al respecto.

Tenemos que fortalecer los valores de un humanismo real que nos lleve a vivir la profesión y el cuidado con  colegaje, pertenencia y orgullo profesional, lo cual deberá también empoderarnos, y mostrar mucho de lo que sabemos y hacemos, para lo cual también debemos  fortalecer nuestra formación filosófica y cultural del cuidado, no dejando este aspecto solo a la academia.


Quedan muchas ideas por anotar, pero tendremos que trabajar duramente para que se viva con orgullo y dignidad el ejercicio de la profesión.