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Enfemera de la Universidad del Rosario de Bogotá-Colombia-Abogada de la Universidad Nacional de Colombia. Con formación postgradual en Gerencia de la Salud Pública,Instituciones Jurídico Laborales , Políticas Sociales con Enfasis en Salud y Docencia. He sido profesora de Etica y Bioética, FORMACION POLITICA en universidades como: Fundación Universitaria del Area Andina en Bogotá-Colombia; y me desempeñè como Enfermera HUS de Bogotá ; Conferencista en las áreas de Responsabilidad profesional, políticas de Salud y enfermería, Etica y Bioética, Derechos fundamentales, en especial derechos de los niños y niñas. Expresidenta del Consejo Técnico Nacional de Enfermería CTNE -período 2008-2010. Fui hasta el año 2015 miembro de la Asociación Nacional de Enfermeras de Colombia ANEC.

jueves, 1 de junio de 2017

“¿COMO SE DEBE ENSEÑAR ETICA Y POLITICA?

DE  COLORES  SE VISTEN  LOS  CAMPOS .....
Una pregunta que va entre comillas ya que fue realizada por una estudiante de enfermería con motivo de las pasadas celebraciones del día del trabajo, la enfermera, el maestro. Comparto mi respuesta que debía  cubrir tres puntos, aquí están:
·        Con argumentos racionales: Parto de considerar la  ética y la política como disciplinas que contienen formas de conocimiento, pensamiento  y acciones para responder por una visión particular del mundo. Esas formas o programas de inserción en el mundo están constituidas por el conjunto de principios, valores, normas que en mi concepción deben apuntar a la construcción de un mundo humano, “más que humano”. Con ese  horizonte o perspectiva de humanidad, primero es preciso concretar  ese mundo haciendo principio de realidad;  y segundo  pensando la ética y la política con referentes teóricos y planteamientos críticos, asumiendo con conocimiento posiciones frente al mundo ,  teniendo  confianza en el desarrollo cognitivo de los estudiantes, más que en la repetición de conductas o imposiciones de pautas. Se trata de plantear situaciones problemáticas que sean significativas a los estudiantes, pensando en el futuro de su ejercicio profesional, y que para resolverlas tengan que construir puntos de vista cada vez más racionales y fundados, pensados también con referentes, evaluando cada  vez si esos puntos de vista apuntan a ese escenario deseado del mundo humano. El trabajo de pensar con referentes,  con técnicas de clarificación de valores,  dilemas, estudios de casos, son buenas ayudas en este sentido, en la medida que trabajemos para enseñar a argumentar las opciones y saber realmente para qué  nos la jugamos.
·        Con ambiente democrático en la comunidad académica . Entendido como la capacidad de trabaja con reglas de juego claras, para aprender a participar del poder, tomar decisiones, llegar a consensos, manifestando los desacuerdos con argumentos, con el  respeto a las minorías, el resolver conflictos con razones, el escenario de realización de derechos,  solidaridades, poder realizar crítica, o sea  construir el Ethos que identifique como parte de esa comunidad académica y luego de egresado de ella.   Este ambiente tiene que ver con el cómo hacer que haya producción de los estudiantes, construyendo sus sentidos, sus comprensiones de lo que enseñamos. Sin duda, los resultados de la enseñanza de la ética y la formación política, se ven luego en el ejercicio profesional,  en el reconocimiento social del egresado, en el cumplimiento de la razón de ser de un profesional. Nada más práctico que observar el ejercicio de un profesional y su consecuencia con el objeto de conocimiento, su comportamiento en ese campo,  para ver el resultado de la formación ética y política  .
·        Con beligerancia: Tiene que ver con la postura de quien enseña. El docente tiene que tomar posiciones frente a situaciones de des-humanidad, tener un punto de vista argumentado  y estar dispuesto a recibir crítica y hacerse la auto crítica. Me cuesta mucho trabajo creer en la neutralidad de posiciones y pensamientos del docente , pero,  para mí si es claro que, si bien quien enseña no debe imponer su punto de vista, esto no quiere decir que sea indiferente frente a los valores y las normas, o que no pueda mostrar sus opciones y jugarse por valores que lleven a la consecución de ese mundo humano y la dignidad de las personas. En la enseñanza de estas disciplinas se pone también en juego el carácter del “modelo” del maestro, que debe ser modelo de racionalidad crítica y comprometida, que deje ver su coherencia entre el pensar, sentir,  y el obrar; donde el estudiante vea como se conjuga el conocimiento, la concepción y la acción frente al mundo, y el compromiso de la entidad formadora con sus estudiantes y comunidad académica.  
   Gracias Naty por hacerme pensar esta experiencia,  dejándola  aquí para consideración y aprecio de los lectores del blog.