VA POR USTEDES, ¡MALABARISTAS DE LA VIDA!
Pensar la “doble presencia-triple jornada” implica situarse en el contexto en que se desarrolla la división –social- sexual - del trabajo . Nuestra sociedad se caracteriza por la construcción social a partir del trabajo asalariado.
El siglo que vivimos, pese a las profundas transformaciones que alcanzan todos los niveles de la vida social, continúa marcando la división trabajo-casa, heredada de la revolución industrial, infravalorando todo aquello que tenga que ver con la reproducción social, obviando el trabajo de las profesiones con adscripción social de género, tales como Enfermería, Trabajo Social, Terapias, Educación (por mencionar algunas).
En ese contexto, la participación de la mujer en el mercado laboral alcanza niveles superiores al 80% en América Latina, (entiéndase no en condiciones dignas de trabajo), y allí vamos medio locas en un circo de tres pistas. Cual domadoras de fieras, bailarinas, malabaristas... tratamos de que haya magia para que el espectáculo salga redondo, y el público nos aplauda, porque además este público sabe que si hay una profesional de aquellas profesiones –desterradas hija de Eva- , las cosas saldrán mejor.
Porque no reconocerlo: Somos auténticas malabaristas , ¿pero a qué costo?.
Las mujeres mantenemos gran parte de nuestra vida en movimiento; quizá dos trabajos, o una jornada extensa llevando papeles a la casa, estudio, familia; y cuando todas estas partes se encuentran en el aire, pensamos que tenemos el control. Sin embargo, no reparamos que puede suceder algo inesperado, algo puede romperse y entonces, comenzamos a preguntarnos ¿que salió mal? ¿Qué hace la profesión y las organizaciones por mí?
Está documentado que la doble presencia tiene gran impacto en el sentido de vida y la salud de la mujer, y porque no decirlo en la construcción familiar . Sin profundizar en los distintos estudios que analizan la distribución del tiempo de las mujeres profesionales y la carga laboral, tomo como referencia algunos datos aislados para recrear el problema : del estudio “Riesgo de salud en mujeres con múltiples roles” ( Viol Gómez 2009- Universidad de los Andes) , se infiere que el interés de algunas profesionales por asumir la doble presencia en los espacios y tiempos reproductivos y productivos es la búsqueda de ascenso social. Un dato suelto- pero curioso- respecto a la situación económica familiar : “se puede afirmar que son las enfermeras las que más ahorran, con relación a otras profesionales. Siendo estas profesionales las que más cambian de instituciones laborales y quienes presentan más enfermedades profesionales que no las reportan, pero si las sienten.".El registro ANEC reporta que el 73% de las profesionales de enfermería son cabeza de hogar.
¿Cómo encontrar la unidad perdida entre producción y reproducción social?
¿Cómo organizar los tiempos, trabajos y modos de vida en búsqueda de equidad?
Alguien respondería “son preguntas difíciles”, señalando ,por mi parte, que el problema puede exceder los planteamientos profesionales y multidisciplinarios, exigiendo estrategias Estatales, que unidas a la autoconciencia de nuestra situación podamos lograr un buen vivir.
Alba, que agradable es leerte, me gusta el tono con que tocas este tema tan delicado para las mujeres. Y me atrevo a esbozar algunas ideas para las últimas preguntas que nos haces. El modo de vida es sin duda un mediador que facilita esta superación de la dicotomía no se si histórica, social o de la economía capitalista.Es mediante su estudio que podemos mostrar la articulación espacio-temporal y esa doble presencialidad que señalas. Ahora entiendo desde esa perspectiva porque mencionas triple jornada, y es que en las tres trabajamos y solo descansamos en la hora 25.
ResponderEliminarUn aliciente es que hoy se perfila también una nueva articulación social entre lo público y lo privado, donde se inscribe la producción y reproducción, por nuestra parte tenemos la responsabilidad de mostrar el aporte que damos a esas dos formas de producir vida, sobre cuanto aportamos está por investigar. Con toda seguridad, el Estado y la sociedad seguirán en deuda con las profesionales.
Un saludo a ti y las lectoras y lectores, animándolas a compartir sus puntos de vista, de otra forma seguiremos "desterrradas hijas de Eva.".
Mónica Flores León
Grupo Relatos de siemprevivas
Leyendo tu reflexión, recuerdo tus aportes ( política pública mujer ) al tema del uso del tiempo y la remuneración, discusión que planteabas desde la necesidad de investigar el costo de lo intangible.Veces y propuestas como estas deben continuar.
ResponderEliminarSandra Niño
Gracias Alba por los comentarios y reflexiones sobre la doble presencia y triple jornadas. Creo que todas nos sentimos identificadas y también hacemos malabares para salir adelante. Estos temas de Formación Etica y pol'itica son importantes para que la enfermeria lo gre una presencia vital y hegemónica dentro de los hospitales y sean reconocidas como tal.
ResponderEliminarAna Hulet
En el campo que me desempeño que es la docencia, tocar el malabarismo es todo un delito, la primera respuesta es preguntarme si he perdido las aspiraciones, en un gran porcentaje de la universidad pública y ahora pasan a la privada, están en edad de pensión y no se van, ya han conseguido lo básico para ellas y ellos y sus familias, pero veo que encuentran un vacio si se retiran. Creo que por llenar muchos vacios es que nos volvemos malabaristas, lo demas son pretextos.
ResponderEliminarAnimado artículo:una docente