“Necesitaban milagros: los hicieron” Voltaire.
Luego de retomar fuerzas, este año comenzamos con un tema complejo y sensible : ¿ADÓNDE VAN LOS VALORES DE SU PROFESIÓN ? esperando e invitándole a pensar que este tema si es de su incumbencia. El presente y futuro de una profesión no puede ser tarea de algunos.
Como ejercicio de imaginación, me atrevo a interpelar pidiendo cuentas, o mejor, buscando su respuesta a algunas preguntas problematizadoras como:
1. Cuáles son los puntos básicos para identificar la “ideología fundamental” de su profesión?
2. ¿Qué valores no deben cambiar en la profesión y cuales deben fluir y para qué?
3. Esfuércese por mirar cuales son los valores fundamentales, que pasan la prueba del tiempo, en la profesión y pregúntese ¿Si las circunstancias cambiaran y la/o lo juzgaran por mantener ese valor, aún así lo defendería, o lo defiende y cómo? o porque no lo hace?(cuéntenos)
¿Y qué pasa? Sin pretender respuestas definitivas a estas preguntas, podemos constatar con manifestaciones ostensibles como: la indiferencia, apatía, omisión, la inmediatez, el “todo vale”, individualismo, desinterés, incompetencia y algunas expresiones como: “el no me toca, no es mi función, que jartera, ya vengo, no me pagan por eso, hay que esperar, es culpa del sistema, no se puede hacer nada, que algo está pasando con los valores; existiendo una verdadera dispersión de ellos dentro de una profesión , no siendo fácil agruparlos por categorías, o encontrarlos con cierta estabilidad entre sus miembros.
Se percibe una tendencia a imaginar que es imposible ser buen profesional: con conocimiento, actitud y concepción en un modelo social-económico como el actual. Y aquello que llamamos ciencia, parece alejarse de la creatividad, de la sinceridad, de la coherencia entre el pensar y el actuar, profundizando el divorcio entre ciencia y humanidad. Por otra parte, suena a lenguaje de otra época hablar de una lógica de subordinación de los medios a los fines, y de estos a principios de valoración autónomos; de una lógica de maestros y discípulos, de la relación entre teoría y práctica, de la lógica de pensar en nosotros y todos.
Paradójicamente, hoy y mas que ayer se habla de ética, contando las profesiones con estructuras éticas; sin embargo, el tema de los valores sigue siendo problemático y sin mayores incidencias en el ejercicio profesional.
Como docente de esta asignatura observaba que la construcción de valores tiene, en gran medida, componentes de género: aquellos piensan que es asunto de ellas , y ellas piensan que es asunto de las otras. Por otra parte, y cómo si se quisiera compensar la sensación de crisis , los discurso, las frases de cajón, los eslóganes institucionales , las misiones y visiones, se llenan de referencias a la humanización, a las religiones, a los derechos humanos, pero la interiorización y expresión de los valores no logra tampoco reflejarse en sus prácticas.
Posibilidades: Quizá todo ello nos lleva desde ya a evaluar la cuestión ética, señalando que es un problema social relativo a la expresión de los valores y su formación, y uno de los resultados de la contradicción entre los modelos sociales y económicos vigentes, del contexto, la cultura, y la historia. Esto nos enseña que todos estamos en las manos de todos, y por tanto la educación constituye una herramienta para superar estas deficiencias.
En este marco, y A PARTIR DE LOS VALORES, debemos prever el presente y futuro de las profesiones, teniendo claro la imagen objetivo que ilumine el proceso, invitándonos a contestar ¿qué mundo nos gustaría vivir? ¿Cómo debe responder nuestra profesión para construir dicho mundo?
Estoy segura, que todas y todos, independiente de nuestras concepciones, formaciones, ideologías , motivaciones, sensibilidades, emociones, imaginaríamos un mundo equitativo, incluyente, sostenible, sustentable, sano, saludable, hermoso, amigable, productivo, compasivo, digno, responsable, amoroso, con oportunidades, es decir en pocas palabras un mundo humano, más que humano.
Este mundo requiere re-descubrir personalmente y continuamente nuestro quehacer , nuestro comportamiento, nuestra conciencia, nuestro papel, nuestra historia , realizar la profesión como un acto de fe, que no es otra cosa que creer en lo que hacemos –profesar la profesión- .
El nuevo escenario: Con este simple análisis, podemos derivar el doble compromiso que toma el escenario y el camino hacia dónde dirigir los valores personales, profesionales y sociales : la solidaridad y el vínculo social.
Sea cual sea a evolución de nuestra sociedad moderna, los modelos económicos, los modelos de salud-por hablar particularmente de mi profesión la Enfermería, el destino personal y colectivo, el Ethos que representa los valores, debe girar alrededor de ese compromiso. Su importancia pretende ante todo la permanencia de la ETICA y se radica en la búsqueda y desarrollo personal y colectivo de los componentes de ese compromiso : responsabilidad, equidad, compañerismo, alianza, sensibilidad, formación, unidad, disciplina, organización, compasión, respeto, dignidad, participación, permitiendo que nuestros destinos personales encuentren espacios para la afirmación, sentido de la vida, la realización del propósito personal y profesional, esperando que esto tenga respuesta propositiva a la pregunta base de esta reflexión. De esa forma, todos podemos ganar, de otra forma: todos habremos perdido.