En esta conversación quiero compartir algunas reflexiones surgidas al re-leer las “NOTAS SOBRE ENFERMERIA” de Florance Nightingale, dentro del círculo de lectura ANEC-CUIDA ANEC-LEE.
La magia de la observación : Nightingale , hace más de 150 años, en su afán de reformar el estado de cosas respecto al cuidado y la enfermería, advertía que “la lección práctica más importante que puede darse a las enfermeras es enseñarles a observar”.
Y recreando con ejemplos, señalaba que a muchos profesionales del área de la salud les faltaba facultad imaginativa u observación: “muchas vidas podrían salvarse si se hiciera una distinción más minuciosa, porque los remedios son tan diversos como las causas”. ¿ Tiene esto vigencia?
El encanto de la observación inicia su proceso en la conciencia en aquello que llamamos "darse cuenta" y así acceder a la realidad. Constituye el primer paso de todo curso cognitivo, pero va mucho más allá de una experiencia visual; incluye todas las percepciones sensoriales, interactuando y poniendo en marcha la tarea de comprender, explicar el mundo, sentir y emocionarse con la aprehensión de la realidad, preparándose para la acción.
Y es que precisamente, pensando CON Nightingale, la magia de la relación entre el OBSERVA-ARTE con el CUIDA-ARTE tiene como alcance y grandeza la unión de la mano, el gesto, la voz, el conocimiento , el sentimiento, y la palabra hacia el logro del sentido y realización de la profundidad de la vida y de lo humano. El observar constituye un estricto ejercicio de capacidades, conocimientos, actitudes, sensibilidades, imaginaciones y control intelectivo, y su magia nos seduce y convierte en gato, lince, águila, viento, música, genio,indispensables en el arte del CUIDADO.
La OBSERVACIÓN: construye PROFESIONALES con criterio.
El documento síntesis: "ENFERMERÍA DISCIPLINA SOCIAL Y PROFESIÓN LIBERAL" , de las Organizaciones de Enfermería de Colombia-2013, considera a la OBSERVACIÓN una de las competencias transversales que facilita las competencias del profesional de enfermería que señala la Ley 266 de 1996 y al respecto dice:
“sin observación no podría una enfermera analizar situaciones que requieren los planes, proyectos y programas de salud y cuidado. Esta competencia, permite dirigir el entendimiento por el camino que conduce a conocer e intervenir la realidad. Es uno de los elementos vitales para pensar y aplicar con claridad, facilidad y comprensión, llegando así a la construcción del diagnóstico de enfermería, la inferencia e interpretación y situar el plan de acción, fortaleciendo las competencias, en especial la relacionada con el ejercicio de las funciones de asistencia, docencia, administración. Desde lo Deontológico, es una herramienta muy práctica, porque permite cumplir con el deber objetivo del cuidado, despertando la sensibilidad, rigor, objetividad y solidez, pudiendo discernir entre lo esencial y lo accidental del acto de cuidado de enfermería. El profesional de enfermería competente es un observador que tiene en cuenta la individualidad, la integralidad, la dialogicidad, la calidad, la oportunidad, para llevar a cabo la continuidad del cuidado.”
En efecto. El observa- arte, constituye una brújula que dirige nuestro propósito, y es parte de la historia profesional que conduce a la verdad. Como competencia debe desarrollarse desde la formación de pregrado y ejercitarse continuamente. Situaciones de orden legal habían podido evitarse con una mayor observación. Observar es una cuestión de responsabilidad, de hacerse cargo.
Su fascinación permite encontrarnos y encontrar la preciosidad y el oro del cuidado. Como arte no fatiga, es una aplicación suave, amorosa, reposada, flexible, del conocimiento necesario para cuidar. Por último, la observación es contraria al mundo atolondrado y ensimismado que muchas veces rodea el ejercicio profesional; permite recordar que es indispensable no quitarle la raíz al corazón: revelar mediante el conocimiento el trasfondo significativo del paraqué y a quien se cuida. De esta forma el profesional de enfermería podrá llevará a cabo su obra: CUID-ARTE y CUID-DARTE.
Su fascinación permite encontrarnos y encontrar la preciosidad y el oro del cuidado. Como arte no fatiga, es una aplicación suave, amorosa, reposada, flexible, del conocimiento necesario para cuidar. Por último, la observación es contraria al mundo atolondrado y ensimismado que muchas veces rodea el ejercicio profesional; permite recordar que es indispensable no quitarle la raíz al corazón: revelar mediante el conocimiento el trasfondo significativo del paraqué y a quien se cuida. De esta forma el profesional de enfermería podrá llevará a cabo su obra: CUID-ARTE y CUID-DARTE.